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September 16, 2009
Un país transiberiano, una península en el fin del mundo, un lugar a contemplar donde el mundo parece pararse…
es naturaleza, es libertad, es belleza, es el frío más cálido es Kamchatka.
Dza-Dza! Es el fiel reflejo de todo lo que contiene este paradisíaco lugar.
los colores ocres y anaranjados de sus bosques anuncian la llegada del otoño, sus numerosísimos osos de color café abarrotan ríos y montes. Un escenario rodeado de volcanes y geysers que merece la pena contemplar, admirar, conocer y plasmar.
Ocres, rojizos, cafés y anaranjados componen un escenario colorido, mezclado con la sutileza de un gran pintor. Son colores y sensaciones de Dza-Dza!
Son nuestra inspiración, la base de nuestro trabajo, la colección Dza-Dza!
Apostamos por colores otoñales, cogidos directamente de la naturaleza, y ahí empieza nuestra creación. Flora y fauna se unen para conseguir la esencia de Dza-Dza, un festival de colores que sin duda nos atrapa convirtiéndose en nuestra inspiración.
Acabados suaves, a merced del movimiento, donde textura y versatilidad definen su esencia. Son cortes envolventes, vacíos de cualquier signo de agresividad, acarician el rostro, potencian su calidez y lo resguardan, lo rodean para encubrir su tersura como los frondosos bosques protegen y abrazan un paraíso terrenal.
El movimiento está muy presente, esa brisa que balancea los árboles hasta hacer caer sus hojas nos sirve de inspiración. Buscamos el reflejo más otoñal del mejor paisaje lejano para traerlo a nuestro espacio.
¿Es posible un mundo natural, puro, sin grandes rascacielos y vida urbana?
¿Existe calidez en el más frío de los inviernos.
Kamchatka nos lo muestra, Dza-Dza! nos lo plasma.